JUAN PABLE DUARTE

El 7 de marzo de 1865, el patricio Juan Pablo Duarte rechazó la confirmación como representante en Venezuela del gobierno provisional de la Restauración

El 7 de marzo de 1865, el patricio Juan Pablo Duarte rechazó la confirmación como representante en Venezuela del gobierno provisional de la Restauración, que presidía el General Gaspar Polanco, tras el derrocamiento del gobierno también restaurador, presidido por el General José Antonio (Pepillo) Salcedo.

La medida le había sido comunicada mediante Oficio No.6 de fecha 19 de octubre de 1864, firmado por el Ministro de Relaciones Exteriores Manuel Rodríguez Objío.

Ya Duarte ostentaba el cargo desde hacía unos meses, designado por Ulises Francisco Espaillat, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Pepillo Salcedo, cuando se produjo el derrocamiento.

El rechazo se produjo mediante una carta, en la que el prócer de la independencia ponía de manifiesto su malestar ante los acontecimientos que se estaban produciendo en el país.

En su carta, Duarte decía, entre otras cosas, lo siguiente:

«[…] Quedó impuesto de las razones del Gobierno respecto de su conducta con los traidores, y no quedó menos que decir a usted que mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones. El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico en las presentes circunstancias o no tendremos patria y por consiguiente, libertad ni independencia nacional.

[…] Báez dice en Curazao (a mí no me lo ha dicho, pues no lo he visto), que en El Cibao se trata de una nueva anexión a los Estados Unidos, y que esto los hace estar tan orgullosos, otros suponen un partido haitiano y aún no hay quien hable de un afrancesado. Esto es falso de toda falsedad; en Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera, y una fracción miserable que siempre se ha pronunciado contra esta ley, contra este querer del pueblo dominicano.

[…] si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi patria a protestar con las armas en la mano contra la anexión a España, llevada a cabo a despacho del voto nacional por la superchería de ese bando traidor y patricida, no es de esperarse que yo deje de protestar (y conmigo todo buen dominicano) cual protesto y protestaré siempre, no digo tan sólo contra la anexión de mi patria a los Estados Unidos, sino a cualquiera otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo, contra cualquier tratado que tienda a menoscabar en lo más mínimo nuestra independencia nacional y cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del pueblo dominicano».

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